La dificultad de las compras ecológicas
Carolyn Mathas para Mouser Electronics | Tiempo de lectura estimado: 4 minutos y 25 segundos
(Imagen: Inked Pixels/Shutterstock.com)
En el mundo de la electrónica, el concepto de lo que significa ser ecológico o verde está bien definido, aunque dicha definición se sigue ampliando. La idea de una electrónica ecológica o verde tiene en cuenta los materiales empleados en la producción de los dispositivos electrónicos. Para que la electrónica sea sostenible, estos dispositivos no deben contener productos químicos tóxicos, deben emplear componentes reciclables y fabricarse con una huella de carbono baja. Fabricar dispositivos es una cosa y comprar de modo ecológico es otra muy distinta.
No se puede decir que en todas las tiendas, catálogos o páginas web haya una sección dedicada a los niveles ecológicos de los dispositivos, ya que, en ocasiones, los estándares ni siquiera son uniformes. Hay numerosos factores implicados en la búsqueda de esta información, así que no se trata de algo fácil. Sin embargo, cada vez resulta más sencillo.
La regulación y administración del factor verde
El momento en el que el mundo de la fabricación empezó a implementar programas medioambientales para los mercados nacionales y globales marcó el inicio de la gestión de la cadena de suministro ecológica (GSCM). La GSCM se centra en distintos elementos de la cadena de suministro de la fabricación, e incluye los procesos de producción, la eliminación al final del ciclo de vida, las materias primas, la distribución y el uso del producto.
Hay varias normativas relacionadas con los niveles de materiales peligrosos de los productos, tales como:
- La Directiva de Restricción de Sustancias Peligrosas (RoHS)
- La normativa sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en la fabricación y en electrónica
- El Sistema Internacional de Datos de Materiales (IMDS)
- Los vehículos al final de su vida útil (ELV), en el sector de la automoción
Hay mucho que hacer hasta llegar a ser «ecológico». Por ejemplo, las herramientas de administración de duración del producto (PLM) fomentan la colaboración entre proveedores y clientes, tienen en cuenta las opciones de reutilización, controlan los costes del ciclo de vida y contribuyen a garantizar el cumplimiento de las directivas medioambientales. La optimización de las redes y la logística abarca el transporte y la logística de reciclaje, mientras que la optimización estratégica de la cadena de suministro examina el conjunto global y no solo segmentos específicos. Además, incluye decisiones de gestión de proveedores relacionadas con la producción, la distribución, la capacidad, el medioambiente, la mano de obra y la reducción de riesgos. La optimización del proceso contempla la posibilidad de crear un funcionamiento «lean» y eliminar desechos que aumentan los plazos, los requisitos de inventario y los costes. La medición de la sostenibilidad y la generación de informes sobre esta permiten agruparlo todo gracias a la comprensión de la exposición al riesgo.
La simplificación de la compra
Estas son algunas de las páginas web disponibles que ofrecen información (en algunos casos muy detallada) para identificar las opciones más ecológicas:
- El herramienta de evaluación medioambiental de productos electrónicos(EPEAT)colabora en la identificación de dispositivos electrónicos con atributos medioambientales positivos. Los fabricantes y vendedores pueden aprovechar este recurso para buscar ofertas de productos que coincidan con criterios de selección de materiales, diseño para la longevidad del producto, reutilización y reciclaje, conservación de la energía, gestión al final del ciclo de vida y rendimiento. Este servicio se desarrolló con una subvención de la Environmental Protection Agency (EPA) de EE. UU. y está administrado por el Green Electronics Council (GEC).
- La calculadora del beneficio medioambiental del GEC mide los beneficios sobre el coste y el medioambiente que están relacionados con la compra de productos sostenibles y registrados en la EPEAT, y contribuye a determinar el ahorro potencial generado por el uso prolongado y el reciclaje de los dispositivos.
- La Environmental Protection Agency (EPA) ofrece algunos recursos para identificar y seleccionar opciones más seguras y ecológicas.
- Los productos con la calificación ENERGYSTAR son eficientes en materia de energía y le ahorran dinero al usuario
- La compilación de abastecimiento ecológico (GPC) de la GSA se ha diseñado como una guía de compra ecológica para directores de programas y para el personal de contratación federal.
- La Estrategia nacional de gestión de residuos electrónicos Gobierno de EE. UU. ofrece una hoja de ruta que puede mejorar el diseño de los productos electrónicos y nuestra gestión de los componentes electrónicos usados o desechados.
- La estrategia Punto de atención al sector de la cadena de suministro del Center for Corporate Climate Leadership es una herramienta para informarse sobre lo que los distribuidores de pantallas planas están haciendo para reducir las emisión de gases de efecto invernadero fluorados en la fabricación de estos paneles.
- La iniciativa Retardantes de llama en la fabricación de circuitos impresos del Programa de elección segura EPA.
- IBM creó la Green Sigma Coalition, una alianza industrial entre empresas de alta tecnología que aplica los principios y procedimientos Lean Six Sigma a la energía, el agua, los desechos y las emisiones de gases de efecto invernadero en todas las operaciones, lo que incluye la fabricación, el transporte y las operaciones de centro de distribución de las que se compone la cadena de valor de un producto.
La Directiva de Restricción de Sustancias Peligrosas (RoHS) refleja cincuenta años de investigación en toxicología biológica que analiza los efectos a largo plazo de la exposición de nivel bajo a productos químicos. La RoHS se originó en la Unión Europea en 2002, con el objetivo específico de limitar el uso de seis materiales peligrosos presentes en productos eléctricos y electrónicos. Los estándares de la RoHS se adoptaron en una ley de 2003, que entró vigor en 2006. Aunque la RoHS se centraba en los efectos de la exposición a sustancias químicas sobre el ser humano, también contribuyó a que se analizará con mayor profundidad aquello que estaba dañando el medioambiente.
El «verde» como concepto: ¿una idea equivocada?
Vender algunos productos como «verdes» es engañoso, ya que, prácticamente, no hay ningún producto que no produzca algún tipo de impacto ambiental: todos usan recursos naturales, generan residuos y, evidentemente, emisiones. Estos productos no reparan el medioambiente y hasta su reciclaje ejerce un impacto negativo. Sin embargo, pueden ser más «verdes» si sus efectos ambientales sobre el ciclo de vida son más bajos que los del estándar o, incluso mejor, cuando son «net green» (verde neto) y reducen el impacto neto sobre el medioambiente tras tener en cuenta todos los factores.
¿Por qué es importante?
Aunque los dos objetivos principales de la tecnología ecológica son reducir el efecto invernadero y ralentizar el calentamiento global, también hay otras ventajas importantes. Cuando se pone en práctica la compra ecológica, se reducen costes, disminuye el consumo de energía y mejora el control de los procesos, sobre todo, cuando realmente nos enfocamos en el concepto de «neto», y no solo en el de «verde».