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La esencia de la ERP y la SCM está en el riesgo

Carolyn Mathas para Mouser Electronics | Tiempo de lectura estimado: 3 minutos

Cada vez son más las empresas que han descubierto las ventajas internas de la planificación de los recursos empresariales (ERP, por sus siglas en inglés) a la hora de administrar los datos de un negocio y maximizar los sistemas y procesos, además de alcanzar una considerable eficacia operativa. De forma externa, la administración de la cadena de suministro (SCM) permite que las empresas interactúen con varios proveedores y socios, y que puedan acceder a las materias primas y los recursos necesarios para comercializar sus productos. La integración de ambos sistemas aporta mayores ventajas y permite comercializar productos de gran calidad con mayor rapidez. Al combinar la ERP y la SCM, es mucho más probable que las partes implicadas dispongan de datos con los que tomar decisiones inmediatas en cualquier segmento de la cadena de suministro.

¿Cuál es la diferencia entre la ERP y la SCM?

Al analizarlas por separado, la ERP conlleva la colaboración de todas las áreas de una empresa para planificar la adquisición y el uso de los recursos. Una de las capacidades multifunción de una ERP es el acceso completo a todos los procesos de la empresa a fin de disponer de todos los datos en tiempo real.

El uso de un sistema ERP basado en tareas para administrar la cadena de suministro implica lo siguiente:

  • Unas directivas de producción que encajen con la demanda
  • El reabastecimiento de recursos
  • Una programación eficaz
  • La contabilidad
  • La visibilidad entre plataformas
  • La planificación de la producción
  • La gestión del inventario
  • Entregas puntuales
  • Un seguimiento preciso

Principalmente, una ERP ayuda a las empresas a estandarizar sus sistemas, mejora la productividad de los empleados y aumenta la eficacia de la empresa. La estandarización puede ser una herramienta magnífica para mejorar los procedimientos operativos de las empresas. Además de acelerar la comercialización de los productos, la elaboración de informes estandarizados sobre la planificación también mejora considerablemente. Además, los problemas se detectan antes, por lo que se pueden gestionar rápidamente.

Por otro lado, los sistemas SCM se encargan de factores externos, desde la fabricación hasta el envío, o desde la solicitud de las materias primas hasta la entrega del producto o el servicio al cliente (e incluso las devoluciones). Incluye lo siguiente:

  • Las relaciones de la cadena de suministro
  • La gestión de los proveedores
  • Las previsiones
  • La solicitud de materias primas
  • La recepción de mercancías
  • La planificación de la demanda
  • La inspección de calidad
  • La fabricación
  • Los envíos y la logística
  • Las devoluciones de productos

La combinación de los sistemas ERP y SCM

Si combinamos la ERP y la SCM, obtenemos un entorno ERP interno con numerosas funciones, una SCM más eficaz e información operativa en tiempo real sobre todos los departamentos, así como organizaciones de la cadena de suministro.

Los conceptos de automatización y simplificación de los procesos son cada vez más importantes en las cadenas de suministro actuales. En este contexto, la ERP y la SCM combinan técnicas e información relevante de todas las operaciones y favorecen la adaptabilidad. Esta combinación permite supervisar las transacciones detalladamente, nos aporta información con la que tomar mejores decisiones estratégicas, reduce los errores y los cuellos de botella y aumenta la sostenibilidad corporativa.

La reducción del riesgo

La clave está en la gestión del riesgo. La cadena de suministro se enfrenta a riesgos internos y externos. Algunas de las amenazas externas son los errores de cálculo en la demanda del producto, la interrupción del flujo de materias primas o los peligros económicos, gubernamentales y medioambientales que pueden afectar a los plazos. También hay riesgos comerciales, como las fusiones o adquisiciones de proveedores o la quiebra de una empresa.

Los riesgos internos son inevitables, pero suelen ser más fáciles de controlar. Algunos ejemplos son la fabricación, los riesgos empresariales relacionados con la administración y el personal, la planificación y las previsiones, y hasta la ausencia de planes de contingencia.

La combinación de ERP y SCM ofrece un sistema global con el que obtener un mayor nivel de identificación del riesgo y de colaboración para reducirlo. Además, mejora la visibilidad del producto y el envío, aumenta la calidad del producto y agrupa los datos para facilitar su acceso en toda la cadena de suministro.

La realidad actual de la cadena de suministro parece indicar que seguirán produciéndose interrupciones durante mucho tiempo. Por lo tanto, las empresas deberán tomar las medidas necesarias para entender cuál es su situación y qué pueden hacer para garantizar la eficiencia operativa, de modo que el producto acabe llegando al cliente. Resulta sorprendente que algunas empresas sigan haciendo muy poco al respecto, pero eso puede cambiar.

Acerca del autor

Carolyn Mathas trabaja de forma independiente como escritora/editora de sitios web para EDN y EE Times (United Business Media), IHS 360 y AspenCore, así como para empresas particulares. Mathas fue directora de marketing en Securealink y en Micrium, Inc., y ha suministrado servicios de relaciones públicas, marketing y creación de artículos para Philips, Altera, Boulder Creek Engineering y Lucent Technologies. Cuenta con un máster del New York Institute of Technology y un grado en Ciencias de la Universidad de Phoenix.